¿Qué haces para mejorar a tu equipo?
La mayor parte de las grandes empresas tienen sistemas estructurados para el desarrollo del talento de sus empleados que tratan de implantar a través de distintos medios: modelo 70, 20, 10, gestión del desempeño, planes de formación, mentoring…
En las pymes, quizás no sean necesarias herramientas muy sofisticadas para la mejora de los equipos. Se pueden lograr buenos resultados aplicando algunas ideas que tratamos de resumir a continuación.
Crea un entorno de reconocimiento:
¿Las personas de tu equipo saben qué valoras de ellas?
¿Se sienten seguras de sí mismas y de sus capacidades?
¿O por el contrario se ven afectadas por el “síndrome de indefensión aprendida”?, ( se sienten poco capaces cuando se relacionan/comparan contigo).
Es más fácil afrontar un proceso de mejora cuando sientes que cuentas con fortalezas que te van a ayudar, cuando eres consciente de que ya has mejorado en otros conocimientos o habilidades, y en este aspecto un buen directivo marca la diferencia: Puede hacer que su equipo se sienta capaz o, todo lo contrario.
¿Quién no ha vivido la experiencia de un jefe que aumenta tu seguridad en ti mismo o de aquel que la rebaja?.
Da instrucciones, explica las razones:
Asegúrate de que las funciones están claras.
Evita zonas de ambigüedad en el rol o áreas de responsabilidad indeterminada. También aclara el porqué de hacer las cosas de una determinada forma para que las personas tengan el contexto de su puesto de trabajo.
Y, lo que también es importante: explica el para qué, lo que se pretende conseguir.
Describir el cómo, el porqué y el para qué consigue que el equipo sea consciente de la importancia de lo que hace.
Esto puede ayudar también a poner en cuestión algunos procedimientos actuales y a proponer mejoras.
Proporciona retroalimentación:
El equipo debe conocer qué está haciendo bien y qué habría que perfeccionar.
- Da feedback espontáneo cuando la ocasión lo merezca: grandes aciertos o errores.
No esperes meses a felicitar por algo importante o a corregir aspectos que no se están haciendo bien. - Da también feedback sistemático, al menos cada tres o cuatro meses.
Esto permite compartir una visión común de cómo van las cosas y hablar de la situación con cierta perspectiva, no solo desde el día a día.
- Tu feedback debe ser siempre constructivo: El objetivo es la mejora, no el desánimo, describe los hechos, adopta una postura de ayuda, e incluso incluye alguna autocrítica si es el caso. Ejemplifica de esa forma, que todos podemos mejorar.
Diseña un plan de mejora consensuado:
No vas al médico solo para que te diga lo que te pasa, vas al médico para que te diga cómo mejorar tu salud.
Por tanto, construye junto a tu equipo un plan de mejora anual: acuerda las prioridades y la forma de actuar. Los deberes estarán repartidos: el directivo también se lleva tareas, porque la mejora es una responsabilidad conjunta.
Un modelo útil puede ser el modelo 70, 20, 10:
- 70 % del aprendizaje se produce con la práctica del trabajo.
- 20 % mediante otros compañeros.
- 10 % a través de formación formal (cursos, talleres…).
Conclusión: Cree en tu equipo
Es difícil que un equipo mejore si no siente que se cree en él.
Si no se expresa lo que se valora de cada uno, si no se construye un ambiente de confianza, si no se refuerza la seguridad en las capacidades individuales y colectivas… el avance será limitado.
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Diseñamos estrategias personalizadas para mejorar la gestión interna y acompañamos a directivos y gerentes de pymes a lograr un liderazgo eficaz y humano.
Artículo escrito por Pablo Collado, socio del área de Recursos Humanos de Unomásdos.
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