Apoyar al sector industrial es egoísta
Sector industrial
En 2017, una buena parte de la crisis parece superada. Durante estos años se han dejado atrás en el camino un elevado número de empresas industriales.
Las autoridades españolas, desde hace décadas, han entendido la necesidad de apoyar a este sector. Así tenemos el ejemplo del CDTI que cumple estos días su cuarenta aniversario.
Apostamos porque nuestro modelo económico y productivo no se base en la construcción y en los servicios. Estamos diciendo así que necesitamos empresas industriales. La realidad es que en estos años hemos destruido capacidad industrial por encima del resto de sectores.
España es un país puntero en talento investigador, pero no nos lo acabamos de tomar en serio.
¿Que podemos hacer para apoyar la generación y crecimiento de empresas industriales?
- Potenciar el desarrollo de patentes. Apoyar mecanismos que hagan factible la transferencia de tecnología desde la universidad a las empresas. Fomentar la creencia entre nuestros jóvenes de que desarrollar ideas, tecnologías y patentes es la mejor aportación que podemos hacer por su futuro.
- Disponer de entes en las universidades ya sean públicas o privadas que acompañen a los estudiantes que quieran dedicar esfuerzos a la investigación. También a los que tengan capacidad para emprender.
- Necesitamos que toda la sociedad valore mejor e incluso admire a los que se atreven a ser investigadores, emprendedores y empresarios. Y en especial a los que generan proyectos de carácter industrial.
Los buenos estudiantes que renuncian a un sueldo fijo por investigar o emprender deben ser nuestros nuevos héroes. Además de aquellos que crean empleo y asumen riesgos para ello, los empresarios.
En que situación se encuentra nuestro tejido industrial
Fue creado hace décadas por emprendedores de una gran valía. Ellos consiguieron hacerse un hueco en diferentes mercados y se convirtieron en empresarios.
Nuestras empresas han crecido y pasado a las nuevas generaciones con la necesidad de profesionalizar su gestión e internacionalizarse para seguir compitiendo. Aquellos empresarios con mayor olfato han conseguido que sus hijos se formen adecuadamente. Han incorporado profesionales para transformar las estructuras familiares y mejorar los servicios, la innovación y la competitividad.
Las empresas ven incrementados día a día su nivel de exigencia en calidad, en innovación y en servicio. Tienen que trabajar en la mejora de procesos de forma continua para repercutir al cliente mayor valor añadido, y si no lo hacen van perdiendo relevancia.
¿Cuales son las herramientas disponibles para conseguir el objetivo de crecimiento y mejora?
Quienes no estén preparados para acometer este proceso deberían pensar en la función social que juegan las instituciones financieras. Estas se encargan de invertir en empresas de mediano tamaño. Puesto que crecer y consolidar el tamaño cuando los clientes lo están haciendo es la única opción. Mantener la presencia en un mercado que es cada vez más global solo de ese modo se puede conseguir.
La diversificación de fuentes financieras para las pymes es clave. El capital riesgo es una alternativa frente a la financiación tradicional, que permite apoyar el crecimiento y la consolidación de empresas. De este modo podemos conseguir un tejido empresarial más fuerte y sostenible para hacer frente a la incertidumbre de los cambios por los ciclos económicos.
El Ministerio de Economía dota al Instituto de Crédito Oficial de fondos. Estos fondos sirven para participar y apoyar decididamente a fondos de inversión que puedan desarrollar su labor social.
Desde unomásdos ponemos a disposición de la empresa mediana todos los servicios de gestión de empresas y los profesionales de amplia experiencia en diferentes sectores.
Como conclusión…
Necesitamos que haya nuevas iniciativas. Crear banquillo para que la pérdida posible de empresas sea sustituida con fuerza creciente.
España necesita convertir su potencial investigador en nuevas iniciativas empresariales. Necesita admirar a quienes inventan y crean en beneficio de todos y asumen riesgos que la mayor parte de la población no quiere correr. Necesita dar apoyo institucional a las personas que emprenden e investigan. De esa manera podemos consolidar el tamaño de las empresas industriales españolas como vía para tener un modelo productivo sólido.
Reconocer social y políticamente a nuestros empresarios actuales y potenciales no es un acto de bondad, es una necesidad egoísta.
El autor del artículo, Javier González, es socio director de unomásdos y gestor con casi 36 años de experiencia en servicios e industrial.